Página:Los Lusiadas de Luis de Camoems (IA loslusiadasdelui00camo).pdf/24

Esta página no ha sido corregida

LOS LUSIADAS.

12

Mientras esto ocurría en la hermosa

y

etérea

mansión

del omnipotente Olimpo, los belicosos nautas liendian las

dejando atrás

olas,

tre la famosa isla

mientras

el

Sur y haciendo rumbo á Oriente, ende San Lorenzo y la costa de Etiopia, el

con sus ardores á

Sol abrasaba

por temor á Tifeo se convirtieron en peces

que

los dioses

(1).

Bien se conocía que el Cielo les era propicio, pues los

empujaban blandamente: sereno estaba el aire; el tiempo bonancible, y la atmósfera sin nubes ni el menor indicio de peligro. Doblaban ya el promontorio Praso (2), así llamado antiguamente, en la costa etiópica, cuando descuvientos les

brieron en el horizonte nuevas islas que el

mar baña en torno.

El valiente capitán Vasco de Gama, cuyo levantado áni-

mo y

presas, en las

que siempre

se vio favorecido por la fortuna,

no consideró necesario detenerse playa desierta,

y

De una de nente

(3),

allí

por parecerle aquella

estaba determinado á seguir adelante,

cuando sucedió todo

las

em-

esforzado corazón le inducían á lanzarse á tales

lo

las islas,

contrario de lo que esperaba. al

parecer la

más cercana

al conti-

vieron salir unos pequeños barcos que cortaban

aguas impelidos por una ancha vela. Los portugueses,

llenos de júbilo á la vista de aquella gente inesperada, no

separaban sus ojos de las embarcaciones, diciendo para

«¿Qué leyes, qué gobierno, qué costumbres serán los suyos?» Por.su figura estrecha y larga parecían los barcos veloces

(1)

que llevaban eran esteras de anchas

las velas

Tifeo, hijo del Tártaro

sus cien bocas.

Era

el jefe

y de

la Tierra,

tenia cien cabezas

de los gigantes que escalaron

dioses, algunos de los cuales se refugiaron

en

el

(2)

Este promontorio debe ser el cabo de Mozambique.

La

de Mozambique.

el

y vomiíaba fuego por

Cielo y espulsaron

mar.

(3)

isla

muy

á los