CANTO
»E1 eterno Destino ble, les
,
mares que ven
los
como su gente, que
mar
cuya suprema ley es inquebranta-
ha prometido que conservarán por largos años
imperio de
del
9
I,
,
lia
está rendida
pasado
y
,
resuelto sean acogidos
y
cruel Invierno en medio ,
visto
climas
furor de
roja entrada del Sol
parece justo que se le
tierra.
como habéis
soportado, tantos los
arrostrando el
el
fatigada
permita descubrirla deseada »Tantos son
la
el
y
que han conocido,
cielos
los vientos
que han
los peligros
,
contrarios
como amigos en
(1),
la costa
que he
africana,
para que, después de reparar sus averiados buques, puedan
continuar su largo derrotero.» Así dijo Júpiter,
y entonces
haciendo uso de
los dioses,
palabra según su categoría, empezaron á emitir razones
la
en pro y en contra de lo dispuesto por el Soberano del Cielo. Baco no podia conA'enir de ningún modo en lo dicho por
fama en Oriente
Júpiter, por temor de ver eclipsada su
llegaban á pasar por
portugueses.
allí los
Habiendo sabido por
Hados, que saldría de España
los
nna gente valerosísima, que surcando llegaría á someter todo cuanto Doris (2)
el
él, ó
ya por
otros, le dolía
nombre, cuya memoria aun
el
Al considerar que tnvo acaso ni la fortuna le
(1)
Guando
los Dioses tenían
más
allá del
y
alcan-
en extremo perder
se celebra
en Nysa
(3).
Indo subyugado^ y que ni el privaron de ser cantado como ven-
^sle
concilio,
el
agna del Parnaso,
habían arrostrado
Cabo de Buena Esperanza, según
(2)
Diosa del mar, y aquí tomada por
(:')
Ciudad de
la
la India,
la gloria
el
cedor de la India por cuantos beben
fuerte tempestad
anchuroso mar,
baña en
con sus nuevas victorias oscurecería toda zada, ya por
si
el
los portugueses
se verá en el
mar mismo.
India donde se rendía culto á Baco.
2
una
Canto VI.