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Hacia estos cuatro rumbos hubo en los comienzas de la colonización tres caminos cuyo crucero era Córdoba, punto de cita obligado de mercaderes, chasques ó correos y viajeros. Hacia el norte, el camino carretero por Santiago del Estero, Esteco (ciudad abandonada, á la vera de Tucumán), Salta y Jujuy á Potosí y La Plata; hacia Oriente, el camino, también de carretas, á Santa Fe, punto intermedio entre Buenos Aires y Asunción; hacia Poniente, el tercer camino al pie de la cordillera, á Mendoza y Santiago de Chile; caminos los tres, largos y de una duración abrumadora á causa delos medios de transporte; incomodísimos por la falla de poblados, y, á trechos, hasta de árboles y agua, y peligrosos por las guazabaras (asaltos) de los indios.

El camino de Córdoba á Mendoza lo cruzaban cinco ríos numerados correlativamente. Así: el río de la ciudad, Río Primero; el que sigue, Segundo; el otro, Tercero; el que viene, Cuarto, y el último, Quinto; los cinco de bonísimas aguas. El Tercero y Cuarto, poblados de indios comechingones, que servían á los españoles cuando querían, y cuando no, izquierdeaban. Como estaban recién escarmentados, dejaron pasar en paz á Cabrera.

Pasado el Río Quinto empezaba la ignota tierra.