Página:Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I (1890).pdf/307

Esta página no ha sido corregida
289
Los anales.—Libro VI.

ticas; porque Tiberio, aun tres años después de la muerte de Seyano, ni por el tiempo, ni por ruegos ni por hartura, cosas que suelen ablandar á otros, se aplacaba de manera que no hiciese castigar por gravísimas y por nuevas las cosas inciertas ó envejecidas. Por este miedo Fulcinio Trión previno al furor de sus acusadores, y en los últimos codicilos dejó escritas muchas cosas bien atroces contra Macrón y contra los más principales libertos de César; dándole en rostro á él también con que había vuelto á los ejercicios de la niñez, convirtiéndose casi en foragido por su continua ausencia. Estas cosas, ocultadas por los herederos, quiso Tiberio que se leyesen públicamente por hacer ostentación de su paciencia contra la ajena libertad, ó porque ya no hiciese caso de su propia infamia, ó porque no informado por mucho tiempo de las maldades de Seyano, gustase de verlas divulgar de cualquier manera, y, aunque á costa de oir sus propias injurias, conocer la verdad sin mancha de adulación. En los mismos días Granio Marciano, senador, acusado de majestad por Cayo Graco, se quitó la vida. Y Tacio Graciano, que había sido pretor, fué condenado á muerte por virtud de la misma ley.

El mismo fin tuvieron Trebeliano Rufo (1) y Sextio Paconiano; Trebeliano, por sus propias manos, y Sextio con un garrote que se le dió en la cárcel, por haber allá dentro compuestro versos contra el príncipe. No recibía ya Tiberio estas nuevas con mensajeros que venían de lejos, ni estando apartado de Italia y dividido de mar, sino vecino á Roma; tal que en un día y una noche respondía á las cartas que había recibido de los cónsules, casi como viendo con los ojos correr los ríos de sangre que inundaban las casas y la que derramaban las infames manos del verdugo.

Murió á la fin del año Popeo Sabino, hombre de humilde (1) Es el mismo que había sido dado por tutor á los hijos de Cotys, rey de Tracia.

19