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Cayo Cornelio Tácito.

de Roma 787. De J. C. 34 { 788.

35 789.

790.

CAYO CORNELIO TACITO.

Paulo Fabio Pérsico.

I. Vitelio.

C. Cestio Galo.

M. Servilio.

Q. Plautio.

36 { Sex. Papinio.

Cn. Acerronio.

C. Pontio.

37 { Había comenzado el consulado de Cneo Domicio y Camilo Scriboniano: César, pasado el estrecbe que hay entre Capri y Sorrento, costeando la Campania, dudoso sobre ir ó no ir á Roma, o que procurase dar á entender que quería entrar en ella, quizá porque tenía resuelto lo contrario, visitando muchas veces los lugares vecinos, y llegando hasta los jardines, riberas del Tiber, de nuevo se volvió á sus peñascos y á la soledad de su mar; avergonzándose de sus propias maldades y vicios deshonestos, de los cuales ardía tan desenfrenadamente, que al uso de los reyes bárbaros iba violando la juventud más noble, apeteciendo no sólo la hermosura y gallardía de los cuerpos, sino de unos la modestia y vergüenza pueril, y de otros la nobleza y antigüedad de sangre le servía de incentivo para sus lujurias. Inventáronse entonces los nombres nunca antes oídos de selarios y espintros, infames por la suciedad del lugar y por los varios modos de sufrir, teniendo esclavos diputados para buscarle y traerle estos mozos, los cuales pagaban muy bien á los voluntarios y amenazaban á los remitentes. Y si acaso eran defendidos por sus padres ó por sus parientes, los arrebatan á toda su voluntad y los llevaban por fuerza, como si fueran prisioneros de guerra.

Mas en Roma, al principio del año, como si se comenzaran á descubrir entonces las maldades de Livia, y como si no estuvieran ya castigadas, se daban nuevas y crueles sentencias contra sus estatuas y contra todo lo que era memoria suya. Y entonces los Escipiones propusieron que los bienes de Seyano quitados del tesoro público se aplicasen al fisco. Estas mismas, casi con las propias palabras ó