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Los anales.—Libro IV.

noche y día estaban todos procurando ganar la gracia y favor de los porteros, ó sufrir con paciencia su arrogancia.

Hasta que aun esto se les vedó también, volviéndose á Roma amedrentados aquellos á quien Seyano no había hecho dignos de sus palabras ni de su vista; aunque otros, más contentes y confiados, á los cuales, por su infelice amistad, se aparejaba notable ruina.

Mas Tiberio, habiendo en su presencia hecho desposar con Agripina, hija de Germánico, á Gneo Domicio, mandó que las bodas se celebrasen en Roma. A Domicio, á más de la nobleza de su linaje, valió mucho el ser pariente de los Césares, habiendo tenido por abuela á Octavia y siéndole tío por esta razón Augusto.