Página:Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I (1890).pdf/207

Esta página no ha sido corregida
189
Los anales.—Libro IV.

ranzas. Fué recibido en la conjuración Eudemo, médico y gran amigo de Livia, domesticado ya bastantemente so color del arte para poder tratar con él sin sospecha. Seyano, por no darla á la adúltera, repudia á su mujer Apicata, de quien tenía tres hijos. Mas la grandeza de la maldad traía consigo miedo, dilación, y á las veces resoluciones LOS ANALES.—LIBRO IVnuevas.

En este medio Druso, uno de los hijos de Germánico, tomó al principio del año la toga viril, renovándose en él todo lo que el senado decretó para Nerón, su hermano.

Añadió César una oración en loor de su hijo, alabándele de que amaba con amor paternal á los de su hermano. Porque Druso, dado que sea difícil cosa estar en un mismo lugar et poder y la concordia, corría voz de que tenía particular amor á aquellos mozos, ó por lo menos que no les era contrario. Después de esto, la deliberación que Tiberio había mucho tiempo que fingia de visitar las provincias comenzó á ponerse otra vez en práctica, tomando por pretexto la necesidad que había de rehinchir de soldados nuevos las plazas, que forzosamente habían de vacar por tantos millares de veteranos, y esto á causa de hallarse pocos que voluntariamente quisiesen seguir la guerra, y si acaso se hallaban algunos, no concurrían en ellos las partes necesarias de valor y obediencia; porque por la mayor parte los que seguían la milicia de su propia voluntad eran gente pobre y vagabunda, y sobre esto hizo un breve discurso, contando el número de las legiones y las provincias que se defendían con ellas; cosa que me ofrece ocasión de dar cuenta de las fuerzas romanas de aquel tiempo, de los reyes que teníames confederados, y cuánto más estrecho era el imperio.

Guardaban á Italia en sus dos mares otras tantas armadas; en Misena la una, y la otra en Ravena, y las riberas vecinas de la Galia las naves rostradas presas en la victoria Actiaca y enviadas entonces por Augusto con buena