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Cayo Cornelio Tácito.

más grato á los príncipes. Al primero ocasionó alabanza el agravio de no haber pasado más adelante del oficio de pretor, y al segundo aborrecimiento la envidia de haberle visto llegar hasta el de cónsul.

Acabó sus días también Junia, hija de una hermana de Catón, mujer de Cayo Casio y hermana de Marco Bruto (1)sesenta y cuatro años después de la jornada Filípica. Da su testamento se dijeron muchas cosas en el vulgo; porque habiendo testado de sus excesivas riquezas en favor de casi todas las personas aparentes de la ciudad, se olvidó de César, cosa que tomadá por él con cortesanía, no impidió el recitarse sus alabanzas pro rostris, permitiendo que fuese honrado su mortuorio con las demás solemnidades. Llevábanse delante veinte estatuas de los más ilustres linajes, es á saber, Manlios, Quincios, y otros nombres de igual nobleza, pero sobre todas resplandecían las que dejaron de llevarse, esto es, las de Bruto y Casio (2).

(1) Servilia, hermana de Catón de Utica, estuvo casada de primeras nupcias con D. Junio Silano, que fué cónsul después de Cicerón y con M. Bruto. Del primer matrimonio nació Junia y del segundo M. Bruto, el matador de César; y he aquí cómo pudo ser hermana de éste y sobrina de Catón.

(2) Tácito dice que las imágenes de Bruto y Casio brillaron más por lo mismo que dejaron de llevarse, esto es, por lo mismo que se echaron de menos. El pensamiento de Tácito, tal como se halla en él expresado, es magnífico, tal como lo traduce Coloma pareca trivial y flojo.