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Los anales.—Libro III.

una un centurión de probado valor. Y acabado el verano, no retiró la gente como se acostumbraba, ni la distribuyó por los invernaderos de la vieja provincia; mas como si comenzara entonces la guerra, fabricaba muchos fuertes en diferentes partes, con soldados sueltos y prácticos en aquellos distritos iba inquietando á Tacfarinas, que de ordinario andaba mudando de alojamientos, hasta que habiendo tomado en prisión á su hermano, se volvió; aunque antes de lo que fuera menester para la quietud de aquella provincia, quedando entera la semilla de la guerra. Mas Tiberio, dándola ya por acabada, quiso también conceder á Bleso que por las legiones fuese llamado emperador; honor que antiguamente se daba á generales de ejércitos, que gobernándose valerosamente en servicio de la república, eran aclamados con este nombre por un favor y alegría militar, hallándose tal vez en un campo muchos emperadores sin que el uno se tuviese por mayor que el otro. Augusto concedió también á algunos este título, como en esta ocasión Tiberio á Bleso.

Murieron finalmente en este año de hombres ilustres Asinio Salonino (1), señalado por ser nieto de Marco Agripa y de 'Asinio Polion, hermano uterino de Druso, y concertado de casar con una nieta de César, y Ateyo Capitón, de quien arriba se ha hecho memoria, el cual alcanzó el primer lugar entre los más célebres jurisconsultos de Roma; y aunque su abuelo Sulano fué centurión y su padre no pasó del orden de pretorio, Augusto le solicitó el consulado, porque con la honra de aquella dignidad precediese á Labeón Antistio, también famoso en la misma profesión. Florecié aquella edad de estos dos esplendores de paz; mas Labeón alcanzó mayor fama pcr su incorrupta libertad, donde Capitón, por 2sentársele mejor la servidumbre, fué (1) Hijo de Asinio Galo y de Vipsania Agripina, primera esposa de Tiberio y madre de Druso.