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Cayo Cornelio Tácito.

de parecer, quedando tanto más notable la infamia de Capitón, cuanto, siendo doctísimo en las leyes divinas y humanas, se consoló de afrentar la reputación pública y la suya.

Nació después cierto escrúpulo de religión sobre en cuál templo se había de colocar el don votado por los caballeros romanos á la salud de Augusta, en honra de la Fortuna Ecuestre (1); porque dado que había en Roma muchos de aquella diosa, no se sabía de alguno que se nombrase así, y hallándose después que en Antio había uno con este apellido, y que todas las religiones, imágenes y templos de diosea que hay por las tierras de Italia se entiende estar debajo la jurisdicción del imperio romano, se ordenó que se llevase el don á la ciudad de Antio. Con esta ocasión, tratándose cosas de religión, publicó César la respuesta diferida poco antes contra Servio Maluginense, flamine dial, y recitó el decreto de los pontifices en esta substancia: «Cada vez que el flamine dial se hallare con poca salud, puede estar ausente de la ciudad á arbitrio del pontifice máximo, con tal que no haga más que dos noches de ausencia, que no sea en día de público sacrificio, ni más que dos veces en el año.» Estos estatutos, hechos durante el principado de Augusto, mostraban bien que no se concedía á los diales gobiernos de provincias, ni ausencias de un año, contándose el ejemplo de Lucio Metelo, pontifice máximo, que vedó el salir de Roma á Aulo Postumio, flamine (2). Y así la suerte (1) Probablemente por haber sido ofrecido por el orden de este nombre. La imposibilidad de conciliar el aserto de Tácito, de que no había en Roma ningún templo de este nombre, con el pasaje de T. Livio, XL, 40, en que se dice que Fulvio había consagrado un templo á dicha divinidad en 573, ha hecho creer que había alguna alteración en el texto. Burnouf conjeturó que el templo ofrecido por Fulvio habría cambiado de nombre ó que habría sido quemado y reedificado.

(2) Disponíase este sacerdote á partir para la Sicilia durante la segunda guerra púnica cuando se lo prohibió el pontífice Metello, so pretexto de que siendo flamen de Marte le estaba