Página:Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I (1890).pdf/195

Esta página no ha sido corregida
177
Los anales.—Libro III.

blio Rutilio de Marco Escauro: como si Catón, y Scipión, y su bisabuelo Escauro, á quien en esta ocasión Mamerco, oprobio de sus antepasados, vituperaba con acción tan infame, procuraran el castigo de semejantes cosas. Junio Otón, cuyo principio fué ser maestro de escuela, hecho después senador por el poder y autoridad de Seyano, iba acabando de manchar sus obscuros principios con desvergonzado atrevimiento. Brutidio, dotado de buenas partes y apto para conseguir cualquier grandeza siguiendo el derecho camino, fué arrebatado de su impaciencia, mientras procuraba sobrepujar primero á sus iguales, después á sus superiores, y últimamente á sus propias esperanzas; consejo que ocasionó también la ruina de muchos buenos, por darse prisa á alcanzar antes de tiempo y con peligro de precipicio lo que con espaciosa seguridad no les hubiera faltado.

Acrecentaron el número de los acusadores Gelio Poblícola y Marco Paconio, aquél cuestor de Silano, y éste legado.

No había duda en que el reo estaba culpado de crueldad y de haber tomado dineros; mas fuera de esto se le añadían otras muchas cosas, las cuales, aun á quien se hallara inocente pedían ser ocasión de peligro: pues fuera de tener á tantos senadores por adversarios, habiéndose escogido para su acusación los más fecundos sujetos de toda Asia, fué obligado á responder él mismo, ignerante del arte oratoría, amedrantado en su propia causa, que suele quitar el ánimo al más elocuente; y lo que es peor, Tiberio mismo no se podía abstener de amilanarle con palabras y con el aspecto. Interrogábale cada momento, sin permitirle el contradecir ni enflaquecer las objeciones; tal, que muchas veces le era necesario el otorgar, por no avergonzarle, mostrando la vanidad de la pregunta. Compró el procurader fiscal los esclavos de Silano por poderlos atormentar si negaban el interrogatorio; y para acabarle de privar del favor y ayuda que le pudieran dar sus amigos y parientes en un estado tan peligroso, se le impusieron delitos de majes12