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Cayo Cornelio Tácito.

$ 140 CAYO CORNELIO TACITOy muchas con inconsideración, leyó finalmente el memorial hecho por su padre, dictado casi en esta sustancia: Oprimido de la conspiración de mis enemigos contra mí y del odio del falso delito, pues que ni mi verdad ni mi inocencia tienen lugar, llamo á los dioses inmortales por testigos de cómo he vivido para contigo, oh César, siempre fiel, y no con menor afición para con tu madre: á entrambos encomiendo mis hijos, de los cuales Gneo Pisón, por haber estado siempre en Roma, no le debe tocar parte de mi mala fortuna. Marco Pisón me disuadió el volver á Siria, y pluguiera á los dioses que hubiera cedido yo antes á mi hijo mozo que él á su padre viejo: por lo cual tanto más apretadamente pido que mi culpa y mi temeridad no arrebaten también al inocente. Ruégote, pues, por mis servicios de cuarenta y cinco años, por el consulado que ejercimos tú y yo juntos, con aprobación del divo Augusto, tu padre, y gusto particular tuyo, y por la memoria de un amigo que ya no te puede pedir otra merced, que me la hagas de conceder la vida á mi infelice hijo.» De Plancina no hizo mención alguna..

Después de esto, Tiberio absolvió al mozo Pisón del delito de la guerra civil, diciendo que no le había sido lícito desobedecer á su padre. Tuvo también compasión á la nobleza de aquel linaje y á la infelicidad de Pisón, aunque en todas maneras merecida. Fué baja y vergonzosa cosa que defendiese á Plancina, poniendo por excusa el habérselo rogado su madre, contra la cual se encendían las secretas pláticas de todos los buenos, diciendo: «¡Es posible que »pueda ver una abuela delante de sí la matadora de su nie»to, y que esta la hable y la libre de las manos del senado!

»¡Que á solo Germánico se niegue lo que conceden las leyes »á cualquier ciudadano! ¡Que sea llorado César por Vitelio y por Veranio, y por el emperador y por su madre defen»dida Plancina! Convierta y emplee de hoy más Plancina los venenos y encantos tan á su salvo experimentados,