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Cayo Cornelio Tácito.

de César, aunque disimulados, y el poderte asegurar de que los que lloran la muerte de Germánico, al parecer con mayor sentimiento, son los que más se huelgan de ella».

No fué menester mucho para inducir á Pisón á este parecer, por ser más conformes á su naturaleza todos los consejos feroces y precipitados; y así escribió á Tiberio disculpándose con acusar el fausto y la soberbia de Germánico, y mostrando cómo había sido echado de la provincia por designios de novedades, & donde había vuelto á encargarse del ejército para gobernarle con la misma fe que antes lo había hecho. Despacha juntamente á Domicio con una galera á Siria, mandándole que vaya engolfado, lejos de los puertos y de las islas. Recoge y divide en compañías los fugitivos de las legiones, y arma los mozos de servicio, y arrimados los bajeles á tierra firme, toma una bandera de soldados nuevos que iban á Siria. Escribe á los príncipes de Cilicia que le envíen ayudas, no mostrándose perezoso en los ministerios de la guerra el mozo Pisón, sin embargo de que le había disuadido.

Y así costeando la Licia y la Panfilia, encontradas las galeras que llevaban á Agripina, las unas y las otras como enemigas se pusieron en arma; aunque partiéndose entre ellos el miedo, no llegaron á más que á injuriarse de palabras, entre las cuales, Marso Vibio intimó á Pisón que fuese á Roma á defender su causa; mas él, como haciendo burla, respondió: «que comparecería cuando el pretor de los hechizos hubiese señalado el día al reo y á los acusadores».

En tanto, llegado Domicio á Laodicea, ciudad de Siria, y determinado de ir á la guarnición de invierno de la legión sexta, por parecerle más aparejada que las otras á tentar cosas nuevas, fué prevenido por el legado Pacuvio. Sencio escribió á Pisón advirtiéndole que se guardase de inquietar el ejército con alborotadores y la provincia con guerra. Y recogiendo los que se acordaban de Germánico y los que le pareció que eran contrarios de sus enemigos, poniéndo-