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Los anales.—Libro II.

de su grandeza. Estaba entonces sin rey, habiendo desposeído á Vonón; mas el favor de los Armenios inclinaba á Zenón, hijo de Polemón, rey de Ponto, por haber éste desde niño imitado sus costumbres, institutos y culto, y con ir á caza, frecuentar banquetes y acudir á las demás cosas celebradas por aquellos bárbaros, ganando el corazón con esto igualmente al pueblo y la nobleza. Á ése, pues, puso la corona Germánico en la ciudad de Artajata, de consentimiento de los nobles y gran concurso de gente. Los otros, queriendo reverenciar más al rey, lo saludaron con el nombre de Artajías, á contemplación del de la ciudad.

Mas los Capadocios, reducidos en forma de provincia, tuvieron por legado á Quinto Veranio, disminuídos algún tanto los tributos que acostumbraban pagar á sus reyes, por darles esperanza de más dulce tratamiento con el dominio romano. Á los Comagenos se les dió por gobernador Quinto Servio, y entonces fué la primera vez que los pusieron debajo del gobierno de pretor.

Compuestas con tanta felicidad las cosas de los confederados, no se mostraba por eso alegre Germánico á causa de la soberbia de Pisón, el cual, teniendo orden de que él ó su hijo llevasen á Armenia una parte de las legiones, no hizo caso de lo uno ni de lo otro. Finalmente, se vieron en Cirro (1), guarnición de invierno de la legión décima, Pisón, con rostro acomodado á disimular el miedo, y Germánico procurando no mostrar el suyo amenazador, siende, como he dicho, clementisimo. Mas sus mismos amigos, artificiosos en acriminar las ofensas, mezclando lo cierto con lo dudoso, en varios modos calumniaban á Pisón, á Plancina y á sus hijos. Á lo último, en presencia de algunos pocos de sus familiares, la habló el césar de la manera que pudo dictarle el enojo y la disimulación. Respondióle Pisón (1) Ciudad de Siria, en la Cirretica, ó Cirrestica, á dos jornadas de Antioquía.

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