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Cayo Cornelio Tácito.

En este tiempo se dedicaron los templos comenzados por Augusto y arruinados de antigüedad ó del fuego, es á saber: de Baco, de Proserpina y de Ceres, junto al Circo máximo, edificado ya por voto de Aulo Postumo, dictador; el de Flora, en el mismo lugar, hecho por Lucio y Marco Publicios, entonces ediles, y el de Jano en la plaza de las Hierbas, edificado de Cayo Duilio, el primero que alcanzó victoria naval, honrado de triunfo, por haber vencido en ella á los Cartagineses. Germánico consagró el templo de la Esperanza votado de Atilio en la misma guerra.

Iba entretanto tomando fuerzas la ley de majestad, de que fué acusada Apuleya Varilia, nieta de una hermana de Augusto, imputándole que con palabras injuriosas había hecho burla del divo Augusto, de Tiberio y de su madre, y que sin reparar en el parentesco que tenía con César, había cometido adulterio. De esto fué remitida á la ley Julia. Del delito de majestad quiso César que se hiciese distinción, y que fuese castigada si se hallaba que hubiese hablado indecentemente de Augusto, mas por lo que había dicho de él, no quiso que se le hiciese cargo alguno. Y preguntándole el cónsul lo que le parecía del otro cabo, tocante al haber hablado mal de su madre, no respondió cosa. Después, en el siguiente senado, rogó en nombre de Augusta que no fuese imputado alguno por haber dicho palabras contra ella en manera alguna, y libró á Apuleya de la ley de majestad, rogando que por el adulterio se contentasen con el castigo ordinario, desterrándola al uso antiguo (1), cincuenta leguas (2) de los suyos. Su adúltero Manlio fué desterrado de Italia y de África.

(1) Las penas contra el adulterio eran, para las mujeres, la pérdida de la mitad de su dote, del tercio de sus bienes y destierro en una isla. A los hombres se les desterraba también como á las mujeres y se les confiscaba la mitad de sus bienes.

Aunque Tiberio invoca el ejemplo de sus antepasados, se ve que en esta circunstancia no siguió la legislación vigente.

(2) El texto dice ducentesimum lapidem, esto es, la ducenté-