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Cayo Cornelio Tácito.

la guerra, considerado que se le prohibió el darla fin. Alegraba la vista de todos el nobilísimo aspecto de Germánico y el carro cargado de cinco hijos. Mas mezclábanse ciertos ocultos miedos, acordándose muchos de lo que dañaron á su padre Druso los favores del vulgo y á su tío Marcelo las demostraciones amorosas del pueblo; pues bastaron para que fuese quitado del mundo en flor de su juventud: concluyendo con que eran breves y desdichados los amores del pueblo romano.

Mas Tiberio, habiendo dado á la plebe siete ducados y medio (300 sextercios, por cabeza en nombre de Germá nico, que declaró por colega en su consulado, si bien ni aun con esto alcanzó entera fe de que le amaba sinceramente, determinó quitárselo de delante, so color de honrarle, y procuró la ocasión, ó á lo menos se valió de la que le ofreció la fortuna presto. Poseía Archelao cincuenta años había, el reino de Capadocia, aborrecido de Tiberio, porque mientras estuvo en Rodas no hizo alguna demostración de honrarle. No había faltado Archelao por soberbia, sino por advertimiento de los privados de Augusto; porque viviendo Cayo César, enviado á las cosas de Oriente, se tenía por peligrosa la amistad de Tiberio. El cual, después que arruinado el linaje de los Césares ocupó el imperio, con cartas de la emperatriz su madre, en que no disimulaba el enojo de su hijo y le ofrecía perdón siempre que viniese á pedirle, persuadió á Archelao á venir con diligencia á Roma, ó no anteviendo el engaño, ó temiéndose de la fuerza, cuando pusiese su seguridad en duda. Fué recibido Archelao rigurosamente por el príncipe y acusado luego en el senado; poco despues, ó natural ó voluntariamente, dejó los cuidados de la vida, no por las falsas acusaciones, sino por el disgusto y por hallarse cansado de la vejez, como también porque á los reyes, no sólo los agravios, pero las cosas justas parecen inusitadas. Hizose aquel reino provincia, y porque César había dado á entender que con