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IX novel abogado al futuro vengador de la justicia y de la bumanidad en sus historias inmortales. El matrimonio con la hija de Agrícola, heroico y prudente gobernador de Bretaña, debió de contribuir á desarrollar en Tácito aquel su innato sentimiento de rectitud moral y odio á la tiranía. De la de Domiciano no se hubiera salvado su suegro, á no morir oportunamente (en el año 93): dichoso hasta en esto, y en haber dado ocasion á Tácito para escribir aquella admirable biografía, modelo de concisión y de noble, aunque severa. elegancia, mezclada algunas veces de apacible y tranquila melancolía, sobre todo en el final.

Atravesó Tácito, no sin peligro, el triste reinado de Domiciano, y alcanzó los buenos tiempos de Nerva y de Trajano, fácil y segura materia para los futuros historiadores en opinión suya. Alcanzó grandes honores y dignidades; fué quindecimoiro (el año 88), pretor, y finalmente cónsul: brilló como orador, sobre todo en el panegirico de Virginio Rufo, eminente ciudadano que había rechazado el imperio que las legiones de Germania le ofrecieron después de la muerte de Nerón; estuvo ligado por íntima amistad con Plinio el Joven, y pasó su edad madura en los amenos 80laces de las letras (no desdeñándose de frecuentar la poesía festiva) y en el cultivo de la historia.

Poco más que esto se sabe de él, y no es poca felicidad el que todo lo que sabemos sea noble y honroso para Táci-