guerra, fueron los primeros que rehusaron de obedecer, como más ofendidos que otros por haber venido voluntariamente á nuestra amistad; y con su ejemplo hicieron lo mismo las naciones circunvecinas, eligiendo un puesto para pelear, rodeado de una cierta forma de trincheras que suelen hacer los villanos para guardar sus campos, y con la entrada angosta para dificultar el paso á los caballos. El capitán romano, puesto que hallándose sin el nervio de las legiones tenía solamente consigo la gente auxiliaria, se prepara á embestir á aquellas fortificaciones; y dispuestas las cohortes al asalto, sirviéndose en aquella ocasión también de sus caballos, dada la seña, rompen los nuestros los reparos y deshacen á los enemigos, hallándose embarazados en sus propias defensas. Los cuales, por la mancha que les ponía á sus conciencias la rebelión, y viendo que les tenían tomados todos los pasos, hicieron grandes y señaladas pruebas de su valor. Marco Ostorio, hijo del legado, ganó la honra de haber salvado en la pelea un ciudadano romano.
Con la rota de los Iccnos, acomodadas las cosas hasta en los ánimos que más vacilaban entre la paz y la guerra, pasó el ejército contra los Cangios (1), donde se robó y taló la tierra, no atreviéndose los enemigos á presentar la batalla; y si tal vez con estratagemas ó emboscadas acometían á los desbandados, pagaban siempre la pena de su atrevimiento.
Ya se había acercado Osturio á la costa de la mar que mira á la isla de Hibernia, cuando le llamaron á sí las discordias nacidas entre los Brigantes (2), con firme resolución de no ponerse á nuevas empresas hasta haber dado fin á las pri53 bien Cambden y Cellarius son de parecer que es el Nen ó Nyne que pasa por Northampton y desagua en el mar del Norte.
(1) Habitaban al Norte del país de Gales, cerca de los Ordoviscos.
(2) Residían al Norte de los Cangios y de los Ordoviscos, en los que son en el día condados de Lancaster, Cumberland, Durham y York.
