Página:Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo II (1891).pdf/54

Esta página no ha sido corregida
48
Cayo Cornelio Tácito.

al uso antiguo, que daba facultad á quien aumentaba el imperio de poder ensanchar también los términos de la ciudad. Si bien ninguno de los capitanes romanos, aun después de haber sojuzgado grandes naciones, se valió de este privilegio, si no fueron Lucio Sila y el divo Augusto.

Por lo que toca á los reyes, hay varias opiniones si lo hicieron por vanagloria ó porque realmente sus acciones lo mereciesen. Mas no será fuera de propósito dar cuenta del primer circuito que tuvo Roma, y cuál fué el que Rómulo le dió. Abrióse, pues, un surco para designar con él el ámbito que había de tener la ciudad, desde el mercado de los bueyes, donde hasta hoy se ve aquel toro de bronce, porque este animal es propio para el arado, que abrazaba el gran altar consagrado á Hércules. De allí se fueron poniendo piedras á trechos y espacios determinados, bajando por las raíces del monte Palatino hasta el altar de Conso (1).

De allí á las curias viejas (2), y después á la capilla de los dioses Lares. Porque se tiene por cierto que la plaza llamada Foro romano y el Capitolio no fueron agregados á la ciudad por Rómulo sino por Tito Tacio. Después de esto el Tanto en la lápida que acabamos de trascribir, copiada de las anotaciones de la edición castellana, como en el texto latino de Tácito, se usa la voz pumarium, que traduce nuestro Coloma por circuito. «Si se atiende tan sólo á lo etimologia, dice T. Livio, la palabra pomerium significa que está detrás de las murallas. Sin embargo, se la emplea para designar el espacio sin edificar que los Etruscos consagraban al construir una ciudad y que la circuía tanto interior como exteriormente.» (1) Era el mismo dios á quien se adoraba también con el nombre de Neptuno ecuestre, y cuya fiesta sirvió de pretexto para el robo de las Sabinas. Como dios del consejo, tenía en el gran circo un altar medio hundido en el suelo para dar á entender que los designios deben ser secretos.

(2) Nombre que se daba á las curias edificadas por Rómulo.

Las curias eran los edificios don e se reunian en días determinados los miembros que formaban una curia, ya para ofrecer sacrificios á los dioses, ya para celebrar comidas en común. Había, además de ellas, la en que se reunía el senado.