Página:Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo II (1891).pdf/261

Esta página no ha sido corregida
255
Los anales.—Libro XVI.

con las manos desarmadas, hasta que cayó muerto atravesado de muchas heridas que le dió el centurión, todas por delante, como en batalla.

No recibieron con menos resolución la muerte Lucio Vetere, Sextia, su suegra, y su hija Polucia, aborrecidos del príncipe, como si sólo con vivir le diesen en rostro y le inculpasen el homicidio perpetrado en la persona de Rubelio Plauto, yerno de Vetere. Mas quien dió la causa de que Nerón descubriese su crueldad contra éstos, fué Fortunato, liberto de Vetere, que habiendo administrado mal la hacienda que le encomendó su señor, se resolvió en anticiparse él y acusarle, acompañándose para ello con Claudio Demiano; el cual habiendo sido preso por sus delitos de orden del mismo Vetere, mientras era procónsul de Asia, le soltó y libró el príncipe. Sabido esto por el reo, y que había de estar á su juicio igualmente con su liberto, se retira á una heredad suya que tenía junto á Forme. Pusiéronle allí con gran secreto guardias de soldados, que al punto le rodeaIron la casa, hallándose presente á esto su hija Antistia, la cual, á más del peligro presente, estaba rabiosa y terriblecon el largo dolor que habia sufrido desde que ella misma vió los matadores de su marido Plauto. Y habiendo abrazado entonces su cabeza ensangrentada, guardaba todavía su sangre y los vestidos bañados en ella, y pasaba su miserable viudez sepultada en continuo llanto, sin tomar otro alimento que el que le bastaba para no morir. Esta, pues, á ruego de su padre va á Nápoles, y porque se le negaba la audiencia de Nerón, le acecha cuando sale fuera, y usando unas veces de llantos y lamentos mujeriles, y excediendo a la capacidad de su sexo, daba grandes voces en tono airado y ofendido, diciendo: «que escuchase al inocente, y que no entregase en manos de un liberto á un hombre que había sido compañero suyo en el consulado, hasta que el príncipe se declaró inmóvil á todo género de ruegos y obstinado en el aborrecimiento.