Página:Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo II (1891).pdf/260

Esta página no ha sido corregida
254
Cayo Cornelio Tácito.

pitoso, para hacer ostentación de él en caso de novedades.

Acusó también á Silano de las mismas cosas de que fué inculpado su tío Torcuato, como que ya dispusiese de los cargos del imperio, repartiendo entre sus libertos los offcios de contadores, cancilleres y secretarios, cosas todas vanas y falsas: porque á Silano, fuera de que el miedo le traía recatado y medroso, la muerte de su tio le había en señado á vivir. Procuró tras esto Nerón inducir á algunos & que, so color de descubridores del delito, acusasen falsamente á Lepida (1), mujer de Casio, tía de Silano, de incesto con un sobrino suyo, hijo de su hermano, y que había hecho sacrificios crueles y abominables. Estaban detenidos por cómplices del delito Vulcasio Tuliano y Marcelo Cornelio, senadores, y Calpurnio Fabato, caballero romano; los cuales, apelando para el príncipe, escaparon entonces la condenación; y después ocupándose Nerón en mayores maldades, se quedó entre renglones ésta como cosa de menor cuantía.

Por decreto del senado fueron desterrados Casio y Silano, remitiendo á César el determinar la causa de Lepida. Casio fué á la isla de Cerdeña, hasta que el senado dispusitse otra cosa de él, y á Silano, llevado á Ostia, como que le querfan embarcar para la isla de Naxo, dieron con él en Barro (2), ciudad de Pulla, donde sufriendo aquel caso indigno, y no merecido por él, con gran prudencia, llegó el centurión que se enviaba para matarle; y persuadiéndole éste que se abriese las venas, respondió: «que estaba tan dispuesto y aparejado á morir, como á no consentir que tuviese parte en esta obra el que se las abriese.» Con esto, viéndole el centurión sobradamente faerte, aunque sin armas, y mucho más airado que temeroso, manda á los soldados que le prendan. Mas él no dejé de defenderse y ofender cuanto podía (1) Era hija de Apio Silano y de Emilia Lepida.

(2) Bari.