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Los anales.—Libro XV.

un rayo en el Gimnasio, que era el lugar donde se hacían los ejercicios de las luchas, y abrasándose todo, se derritió la estatua de bronce de Nerón que estaba en él, hasta quedar en un pedazo de metal sin forma ni figura alguna.

En Campania, la famosa ciudad de Pompeya fué en gran parte arruinada de un terremoto. Y habiendo muerto Lelia, virgen vestal, se recibió en su lugar Cornelia, de la familia de los Cosos.

Siendo cónsules Memmio Regulo y Virginio Rufo, tuvo Nerón una alegría extraordinaria, por causa de una bija que le nació de Popea, á quien llamó Augusta, dando también á su madre el mismo sobrenombre. Fué el parto en la colonia de Ancio, donde él también había nacido. Ya de antes había el senado encomendado á los dioses la preñez de Popea, y hecho públicos votos, que se cumplieron y multiplicaron con el parto, añadiendo procesiones y rogativas, y por decreto un templo á la Fecundidad, y un torneo á ejemplo de la religión de Atenas (1): que se pusiesen en el trono de Júpiter Capitolino las estatuas de oro de las Fortunas: que así como er Bovile se hacían las fiestas circenses en honra de la familia Julia, así también se celebrasen en Ancio en honor de la Claudia y de la Domicia: que fueron todas cosas de poca dura, muriendo como murió la niña antes de cumplir los cuatro meses. Nacieron otra vez de aquí nuevas adulaciones, decretándole honores divinos, altar, simulacro, templo y sacerdotes. Nerón, así como se mostró extremado en el contento, asimismo lo fué en la muestra de dolor. Notóse que habiendo ido á Ancio todo el senado á regocijarse con el príncipe por el nacimiento de su hija, (1) Léase en vez de Atenas, Accio. El autor alude en este pasaje a la ciudad de Nicópolis, edificada por Augusto en memoria de la batalla de Accio, y á los juegos quinquenales instituidos en dicha ciudad en honor de Apolo. La palabra tornoo que usa aquí el traductor, no es, como comprenderán nuestros lectores, la más propia. A cada cosa su nombre.