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Los anales.—Libro XII.

En este mismo año la higuera llamada Ruminal (1), que está en la plaza donde se hacen las juntas del pueblo, que ochocientos y treinta años antes cubrió la niñez de Remo y Rómulo, habiendo perdido sus ramos y comenzado á secarse ya por el tronco, se tuvo por prodigio de mal agüero, hasta que volvió á reverdecer con nuevos pimpollos.

S Algunos anotadores han querido hallar la explicación del hecho que refiere Tácito en los fenómenos físicos, y creyeron encontrarlo en la tradición desfigurada de alguna erupción volcánica: nosotros, empero, somos de parecer que es muy difícil, si no imposible, dar explicaciones satisfactorías cuando se trata de anécdotas tan inverosímiles, y que no debemos ver en ellas más que una prueba de la excesiva credulidad de los hombres de aquellas edades.

(1) De Ruma, nombre primitivo de Roma, y en latín antiguo, pecho, teta. Es el árbol de Roma, que más tarde cambió lau de la palabra etrusca en o, en cuanto el orgullo nacional se complugo en hacer derivar el nombre de la ciudad soberana de una palabra griega que significa fuerza. Véase acerca de esto la erudita disertación de Burnouf, t. 111, págs. 450 á 455.