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Esas fundaciones fueron hechas por españoles y a nom- bre de los soberanos de España, por lo cual, y con toda justicia, ésta las consideraba de su pertenencia.
Los hijos de los primeros pobladores eran, pues, espa- ñoles, pero por haber nacido en estas tierras recibían el nombre de criollos. De ahí que, como descendientes de
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Segunda fundación de Buenos Aires por J. de Garay. (Cuadro de Moreno Carbonero.)
esos criollos, podamos decir, con la más perfecta exacti- tud, que nuestros abuelos o antepasados fueron españoles.
Aunque profesamos fraternal afecto a todos los países, guardamos hacia España justísima predilección. Ella nos ha dado la lengua que hablamos y la mayor parte de nues- tras ideas y costumbres, si bien es cierto que hoy poseemos fisonomía propia, sin más parecido con España que el que puede observarse entre un joven y su bisabuelo.