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El ALMA DE LA MUJER 55


¿Cómo una muchachita ignorante podría desear una vi- da tan distinta de ¡a que hasta allí llevó, cómo podría afron- tar con tanta alegría y entusiasmo la incógnita de la nueva vida que la aguarda, si no tuviese confianza en sí misma y en sus propias fuerzas?

La confianza en nosotras mismas, en nuestros instintos, es la base de la autoridad de que gozamos y de que es útil que gocemos; es una fuerza que centuplica nuestras fuerzas. La confianza en nosotras mismas nos infunde la fuerza de vivir, nos comunica ese aplomo absoluto, esa energía de ac- ción que rara vez hallan los hombres en ¡a convicción nacida de sus cálculos.

Y también por tener esa confianza en sí misma es tan audaz*la mujer y tan poco inclinada al escepticismo de que suele adulecer el hombre; pues la confianza en sí misma reem- plaza en la mujer a la duda de que se origina la ciencia, me- diante el amor, venero de la fe.

Por creer en sí misma, por creer en su inspiración, tie- ne la mujer fe en el amor, y en los hombres, y en las ideas, y en la justicia, y en el triunfo de los ideales por que se apa- siona, cualesquiera que sean las causas que- debieran conven- cerla o disuadirla. Rara vez básase su convicción en el razo- namiento; no es convicción la suya, sino fe.

Esa su fe, unida a la pasión por lo vivo, hace que en vez de la curiosidad científica, con su árida explicación de las cosas, sienta en sí misma la mujer la seguridad de un ori- gen vital del mundo. La mujer que rehusa abstraer de la rea- lidad lo que ésta tiene de general, de común, necesita extraer- le lo que tiene de vivo y creer en ello.

“Cualesquiera que sean las fórmulas religiosas a que se doblegue o de ¡as cuales huya, cualesquiera que sean su cul- tura o su incultura, la mujer resístese a encerrar la vida en fórmulas abstractas. La mujer que posee tanto ardor 'inte- rior, que vivifica hasta la mesa y la silla de su cuarto, no po- dría no vivificar csa fuerza misteriosa que la circunda. Ya se llame esa fuerza Zeus, Héctor o Corambo, la mujer tiene fe en un infinito vivo que por doquiera la rodea y del cual de- pende; tiene la conciencia de formar parte de un todo vivien- te, de ser el eslabón de una cadena, de ser la esclava de algo vivo superior a ella y a cuantos seres ama. Cree en algo vivo