Página:Lombroso El alma de-la mujer.djvu/192

Esta página no ha sido corregida

190 GINA LOMBROSO II A mientos de vanidad y orgullo. Y por ser tan semejante al maternal, puede la maternidad suplir a la mujer a todo otro afecto. En China, la muchacha a quien se le muere el novio y que quiere permanecerle fiel toda su vida, recibe como ho- menaje de sus parientes un niño de pecho, al que podrá criar como suyo, concentrando en él todo su amor.

Por este carácter de devoción que reviste el amor feme- nino, nace tan precozmente, y con tanta facilidad se difunde por todos los objetos que a su alcance encuentra, conservan- do luego toda su v:va llama en la edad madura, cuando la sed de placeres dejó apenas rescoldo.

Por esa misma razón aviva y afina tanto el amor la inteligencia y el sentido moral de la mujer, y reviste tanta importancia para ella cuanto al amado se refiere. Por eso absorbe el amor tan por completo, por modo tan incesante y continuo, la vida toda de la mujer, ahuyentando de su co- razón todo otro sentimiento y toda otra ambición.

Y por ser así para el hombre, por buscar éste en el amor, no la felicidad de la amada, sino la suya propia, no le ab- sorbe tan por entero, sino únicamente, de soslayo, algún rato del día, algún añito de su vida, pudiendo afirmarse que hasta el hombre más enamorado deja pasar las tres cuartas partes del día sin acordarse de la mujer amada.

Finalmente, por ser amor y abnegación sinónimos para la mujer, apégase ésta tan desesperadamente, cualquiera que fuere el sentimiento inicial a quien—padre, marido, hijo— consagróse, y por quien puede o pudo sacrificarse; de esta suerte, la nodriza adhiérese al niño ajeno con la misma in- tensidad de afecto que si fuera hijo suyo y le cuesta más tra- bajo separarse del crío al que sólo prodigó un año sus cui- dados, que el que le costara separarse de su hijo recién nacido, y toda la vida le guardará ya cariño a ese hijo tan alejado de ella en el espacio y en la escala social, por el solo hecho de haber estado consagrada a él una temporada.