Página:Lo bello y lo sublime (1919).pdf/27

Esta página no ha sido corregida
23
 

principios, son llevados a bellas acciones, y aquéllos que los poseen no pueden recibir mayor impulso y estímulo más enérgico. La compasión y la complacencia son fundamentos de bellas acciones, que acaso serían ahogadas todas ellas por el predominio de un grosero egoísmo, pero no fundamentos inmediatos de la virtud, como hemos visto, aunque, ennoblecidas por el parentesco con ella, se les llama también virtuosas. Puedo denominarlas, por consiguiente, virtudes adoptadas y genuina virtud, a la que descansa sobre principios. Las primeras son bellas y seductoras; pero sólo la segunda es sublime y venerable. Al espíritu en que dominan las primeras sensaciones se le denomina un buen corazón, y bondadoso al hombre de tal carácter; en cambio se atribuye con justicia un noble corazón al virtuoso, según principios, y a él mismo se le llama recto. Estas virtudes adoptadas tienen, sin embargo, gran semejanza con las verdaderas virtudes, pues encierran el sentimiento de un placer inmediato en actos buenos y benévolos. Sin interés, por espontánea benevolencia, el bondadoso os tratará amistosa y cortésmente y compartirá de veras la pena de otro.

Mas como esta simpatía moral no es todavía bastante para inspirar a los hombres indolentes acciones de utilidad general, la Providencia ha puesto en nosotros cierto sentimiento delicado que puede empujarnos a la acción o servir de contrapeso al grosero egoísmo y al vulgar deseo de pla-