La fatal ¡dad de la ficción Y es que la aparición de la figura del ”detective" resulta aqui esencial: él será el héroe-narrador, un héroe cuyo hacer es contar. De modo que este nuevo personaje comenzará a tener una relación muy diferente con el mundo. Como una especie de duplicación del narrador, él ya no formará parte del mundo narrado, al menos hasta la aparición del policial negro. Se encargará más bien de contemplarlo e interpretarlo, de ordenarlo. El será el sujeto de una narración antes de ser su objeto. La narración alcanzará así el status de ”saber"; la progresión dramática, como lo sostenían Boileau y Narcejac, será también lógica. Pero es aqui’ donde Borges ya había introducido, con ”La muerte y la brújula" y "El tema del traidor y del héroe", una ruptura esencial en el género policial argentino. En efecto, si, como afirma Saer, el hecho sólo existe para un relato que Io construye -y en el límite, lo alucina o lo sueña-, entonces este relato precede lógicamente ese acontecimiento, aun cuando, aparentemente, no lo preceda cronológicamente. Se trata justamente de la tesis que Borges esbozaba en "El tema del traidor y del héroe”: la literatura precede la historia. Lo que pasa, en el orden sucesivo y lineal de la historia, ya pasó en el orden coextensivo y cíclico del mito. Estos acontecimientos, pues, no forman parte "de la percepción mism_a, sino de la memoria; igual que si estuviesen transcurriendo, no más. en la actualidad del acontecer, que en un pasado simultáneo y parasitario del presente”. (Justamente, la paradoja aparente de un pasado "simultáneo y parasitario del presente", contemporáneo de lo visible, explica ese fenómeno de "paramnesia" -0 déjá vu- que le da titulo a una narración saeriana de 1966”). Incluso el detective "glosa” un relato que sabe "de oídas". Asi las cosas, tanto quien protagoniza como quien narra un Episodio, actúan o cuentan, sin saberlo, un libreto ya escrito por un tercero. Es el corolario que inspira casi toda la narrativa borgeana: los personajes están predestinados porque, en sus actos y sus palabras, repiten los de algún personaje de ficción. Por eso los personajes borgeanos eran lectores antes de ser actores; el mundo, para ellos, era, antes que un espacio de acción, una vastísima biblioteca. Pero del Quijote a Mme. Bovary, ¿no era ésta la cualidad de los personajes novelescos?¿Un personaje inovelesco no se caracterizaba, en primer lugar, por su 55 En este aspecto, tampoco es casual que Saer se volcara hacia el género policial.
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