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L I R A P Ó S T U M A
IV
La fuente dice: «Yo te he visto soñar.»
El árbol dice: «Yo te he visto pensar.»
y aquel ruiseñor de los mil años
repite lo del cuervo: «¡Jamás!»
V
Francisca, sé suave,
es tu dulce deber,
sé para mí un ave
que fuera una mujer.
Francisca, sé una flor
y mi vida perfuma,
hecha toda de amor
y de dolor y espuma.
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