boz de vuestra Majestad inefable: y quando me vi sin ropas, temi de aparecer desacatado delante vuestro diuino acatamiento. Entonces replico el Emperador soberano: Quien te enseño Adam que desnudo estauas? No lo supieras tu, si dexaras de co mer del fruto que comiste inconsideradamente. Quedaras dende oy auisado, que valieran nada los veslidos q quisieras tener para representarte a mi, por preciosos q fueran, en coparacion delas armas y ropas interiores, q enel despojo de tu vēcimiēto perdiste. Respödio Âdá. Ay de mi cauallero sin vétura: pues la muger q vuestra Majestad medio por copañera, me hizo comer del fruto, y siendo ella la causa para q del comiesse, fue en cocausa de mi per dimieto. Endereço despues la platica el sumo Dios a Eua, y le dixo: Porq causa donzella deso bediente cometiste tan graue insulto? La qual respondio: Ay soberano Señor, la suasion y engaño dela Serpiëte me hizo, el fruto tá hermoso, el prouecho del comerle tä grade, y el castigo tá ninguno, que sin cosi derar si me auia de entrar en mal prouecho, lo comi. Boluio entōces la Majestad diuina su habla cōtra la Sierpe, y le dixo: Sabete Cabeça de métira, q pues siédo tan peruersa causaste tan costoso daño, que dañada y maldita seras entre todos los animales dela tierra: tanto q comiedo della, yras rastrean dola sobre tu pecho, todos los dias que biuieres. No creas que en solo esto pararà tu daño, pues por ne enemistad muy grande entre ti y la muger, lo mesmo entre tu generacion y la suya: de manera q de paz y victoria por tu parte puedes biuir descon fiada: pues muger singular entre todas, y auentaja-
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