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FRAGANTE.

vuestras diuino Emperador. Miraua Moraliza ala Princesa Eua quan triste y amanzillada estaua: mirauatabien al Principe Adá tendido enel suelo, re boluié dose por el conel dolor de sus heridas. Estado Moraliza mirádo a entrabos Principes, alço Adam sus ojos, y con vn entrañable gemido dixo: Quié eres tu estraña donzella, que por este inuisitado bosque guiaste: si librada te veas del dolor q siento, te ruego me digas algo de tu hazieda, y porq causa tantas vezes recelaste de venir a este lugar: de mite digo, q soy Adam el sin ventura, y quedo tal de mi vencimieto, q fuera mas honesto para mi autoridad no descubrirte mi nombre. Acabadas es tas palabras, dando vn sospiro muy grade, se callo Adam. Entonces la donzella Moraliza rasgo sus vestidos pardos, que para esta trabajosa jornada se auia vestido: y condoliendose del daño del cauallero, le dixo: Ay Principe señor, y como os pusistes en voluntario trabajo, sin necessitar de poneros enel: si con el daño de vro pecado, pesando ad quirir ajena sabiduria, no perdierades la vía, cobrá do la ygnorancia, supierades quien es la que agora os habla, y quien era el q antes q yo aqui aportasse os hablò. Sabed, q por el rastro q halle, entrando por este bosque, conoci, q Alegorin el grade sabidor aportó aqui, dode me ha guiado las pisadas de su portante. Y o soy Moraliza la donzella q tanto desseays conocer, y enla verdad auque en diuersas auenturas me soy vista, y enestos aferes algo se me entiede, por bie q tengo noticia de vuestro valor, toda via Principe generoso desconoci vuestra persona: tanto que yo con algun recelo, y mi palafren

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