las estrellas y celestiales mouimientos. Aparecio entonces aquella delicada obra delas manos de tal maestro, con tanta lindeza, perfecció, y delicadura, que le parecio a su artifice que biuiesse: a esta causa inspiro enella, animandola el espiritu de vida. Viera desbiuir hecho carne lo que antes era poluory aúque tierra pesada, y muerta en su propio ser auia sido, por la participacion delos otros elementos ya biuia, y con dessco de ser cielo, y de rebiuir enel. Vierades la sägre regar, y humectar aquel limo terrestre, y con su colorado color hermosearlo, qui tádole lo amarillo, y terreno que en si tenia: y ador narlo dela tez y lustre con que a marauilla parecia bien. Quien os podria contar la compaginacion, y hermosura de aquella terrena materia, la compostura, delicadez, y organizacion delas partes della, el orden y artificio co que se mouia, y la biueza de sus sentidos. El saber, prouidencia, y prudencia de las partes del alma. Las potencias, entendimiento, volútad, y memoria, y la libertad de su franco alue drio, co aquel colmo de interiores marauillas que tenia en si. La theorica de su sciencia, la biueza de su juyzio, el conocer las propiedades delas yeruas, las virtudes delas piedras, las operaciones delas aromatas, los secretos delos minerales, y delo de mas delo criado. Sea el remate de todo, que allende que por ser la razon lo mas effencial de que fue insigni do, racional le llamamos: bie cabe, que le nombremos tābien mundo abreuiado, pues todo lo que se cótiene enel mayor, hallaremos eneste pequeño. Tenia assi mesmo vn coraçon ta grande, q no contentandose, q cupiesse enel toda la terrenal machi na,
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FRAGANTE.