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PIE DE LA ROSA

donda del cielo sobre las sillas defendidas, enla qual el Principe Luzbel, y los de su vando fueron vencidos.

En mucho se tenia los caualleros dela tabla re dōda del cielo, cósiderado las fuerças de su es merada naturaleza: especialmete viedo, q no começauan auentura alguna, estádo en gracia, que no le diessen cima co horra suya. Pero conla libertad que su libre aluedrio les concedia, no dexaron algunos dellos de pararse orgullosos, mayormēte co pesar enla gradeza delas sillas defendidas. Pues aueys sabido la manera delos assientos destos caua lleros, couiene, q os digamos el modo destas sillas, y porque las llamaua assi. Sabreys, que sobre la Ge rarchia mas alta delos assientos dela tabla redōda del cielo, alla enlo Empireo del, estaua vna riquissi ma silla, puesta ala derecha dela del eterno Padre, y soberano Emperador: parea cō ella y có la del Espi ritu santo, haziendo todas tres sillas vn admirable solio, vn supremo poder, vn inescrutable saber, y vn solo querer, sin alguna repugnácia. Lamajestad, y grandeza deste diuino trono no la sabria dezir nuestra ygnorácia que la podria ymaginar có el en tédimiéto, pues el saber del samoso cauallero Pablo que la vio a ojo, no la supo cōtar. Baste que sepays, q aunq aquella silla estaua llena de diuinidad, henchiedola la sabiduria del diuinal Verbo, tabié estaua otra silla adereçada para la humanidad que auia de tomar a su tiepo, armandose de carne virgi nal. Enella auia de triúfar Christo, por lavitoria q muriédo, auia de ganar dela muerte. Dóde gozan do por siépre jamas delos mayores y mejores bie nes de su padre imméso, que por el assiéto dela de-

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