Página:Leonidas Andreiev - El misterio y otros cuentos.djvu/150

Esta página ha sido corregida
148
 

tuación. Ante todo, ¿quiere usted decirme su nombre, su profesión y su estado?

El desconocido balbucea algo ininteligible.

El corresponsal.—No se oye nada. ¿Habla así siempre?

Voces.—Sí. No se oye nada.

El corresponsal (escribiendo).—Conque soltero, ¿eh?

El desconocido balbucea algo ininteligible.

El corresponsal.—No le oigo. ¿Qué dice?

Un turista.—Que sí, que es soltero.

Otro turista.—No. Dice que es casado.

El corresponsal.—Pues pondremos que es casado. ¿Cuántos hijos tiene usted? ¿Tres?... Creo que ha dicho tres; pero no estoy seguro. En la duda, pondremos cinco.

El turista gordo.—¡Qué tragedia! ¡Cinco hijos!

La señora belicosa.—¡Ya será alguno menos!

El corresponsal (a voz en cuello).—¿Cómo ha venido usted a parar a ese sitio tan peligroso? ¿Paseándose?... ¿Qué?... ¡Hable más fuerte!... ¡Nada! No se le oye.

El primer turista, intérprete.—Creo que dice que se perdió.

El segundo turista, intérprete.—Creo que dice que no lo sabe.

Voces.—Iba de caza... Es un alpinista temerario... Es un sonámbulo.

El corresponsal.—Todo es posible, menos que haya caído del cielo... Pondremos que es sonámbulo. El desgraciado joven (Escribiendo.) padece desde su infancia accesos de sonambulismo... Salió del hotel a media noche, sin que nadie le viese... La luz de la Luna...