Página:León XIII - Caritatis providentiaeque.pdf/7

Esta página ha sido corregida
529
ENCÏCLICA

A estas indicaciones generales dirigidas a todos los polacos, dada la situación de los lugares en que os encontráis, queremos añadir otras para vuestro trabajo: es Nuestro deseo que algunas de estas advertencias penetren profundamente en vuestras almas. — A vosotros, en primer lugar, que en gran número sois súbditos del Imperio Ruso, es justo expresaros Nuestra satisfacción por el alto testimonio de la fe católica, y fortaleceros con nuestra exhortación. Os exhortamos, ante todo, a conservar y alimentar escrupulosamente este espíritu de constante fidelidad a la santa fe, porque es en él donde poseéis ese tesoro que, como ya hemos dicho, es principio y fuente de los mayores beneficios. Es necesario que el cristiano la anteponga a todo lo demás, como lo demuestran los mandamientos divinos y los maravillosos ejemplos de los santos: nunca debe desviarse de ella, aunque esté abatido por las desgracias, sino custodiarla con todas sus fuerzas y empeño. Sostenido por la fuerza de tanto bien, cualquiera que sea el curso de los acontecimientos humanos, podrá esperar, con paciente certeza, el consuelo y la ayuda de Dios que no olvida. — Por Nuestra parte conocemos perfectamente en virtud de Nuestro oficio el estado de las cosas entre vosotros, y Nos llena de alegría la gran confianza que vosotros, como hijos, depositáis en Nosotros Por lo tanto, os instamos a rechazar resueltamente las pérfidas calumnias que se difunden contra Nuestra benevolencia y Nuestra preocupación hacia vosotros, y a tener la certeza de que Nosotros, no menos que Nuestros Predecesores, hemos activado y dirigido Nuestra atención hacia vosotros, como hacia todos vuestros compatriotas, y que también estamos preparados, para revitalizar vuestra confianza, para afrontar y apoyar los compromisos más laboriosos. Es oportuno recordar que Nosotros, desde el inicio del Pontificado, queriendo mejorar la situación del catolicismo en vuestras zonas, hemos manifestado Nuestro oportuno interés al Consejo Imperial para obtener lo que la dignidad de esta Sede Apostólica y el patrocinio de vuestra causa. solicitan. A raíz de estas iniciativas fue posible establecer un acuerdo sobre algunos puntos en 1882. Entre ellos cabe incluir el permiso concedido a los obispos para regir libremente los seminarios de clérigos según el derecho canónico, así como que la Academia Eclesiástica de Petersburgo, abierta también a los estudiantes polacos, quede bajo la plena jurisdicción del arzobispo de Maguilov, con la facultad de fortalecerlo para responder mejor a las necesidades del clero y de la religión católica. También hemos recibido la promesa de que aquellas leyes más severas de las que vuestro clero se quejó fuertemente serán derogadas o mitigadas.