Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo I (1879).pdf/310

Esta página no ha sido corregida
294
PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

que se cediera á aquella llevadera injusticia, y no se alribuyera en la imaginacion mayor valor á aquel agravio cuando el misoro dar el oro lo sufrian, á causa de las circunstancias, no por gusto, sino por necesidad.

Miéntras de parte de unos y otros se altercaba de este modo, Camilo con su ejército estaba ante las puertas; y sabedor de lo ocurrido, mandando á los demas que le siguiesen formados y lentamente, penetró con los principales dentro de la ciudad, y se dirigió donde estaban los Romanos. Levantáronse todos, y le recibieron como á emperador con respeto y silencio; y él, quitando el oro de la balanza, lo entregó á los lictores; y á los Cellas les dió órden de que tomando las balanzas y pesas se retirasen, diciendo que los Romanos no acostumbraban á salvar la patria con oro, sino con acero. Incomodado Breoo, y diciendo que cra una injusticia faltar at convenio, le repuso que éste no habia sido legitimo ni válido el tratado, porque ballándose ya nombrado dictador, y no babiendo ninguno otro con legitimo mando, se habia hecho con quien no tenía ninguna autoridad; por tanto, que entónces era el tiempo de decir lo que querian, porque como dueño de ello venía á usar de benignidad con los que le rogasen, & á tomar venganza, si no mudaban de propúsito, con los que bubiesen dado motivo. Alborotóse Breno á estas razones - y movió rencilla, llegando hasta meter mano de una y otra parte á las espadas y trabar pelea, mezclándose unos con otros, como era preciso entre las casas, en callejuelas estrechas y en silios que no admitian formacion ninguna; pero reflexionando luego Breno, recogió los Ceitas al campamento, sin haber perdido muchos; y levantándole en aquella misma noche, los sacó á todos de la ciudad, y caminando sesen:a estadios, puso sus reales en la via Gabinia; pero al amanecer vino Camilo contra él, armado ricamente, y trayendo muy alentados á los Romanos. Trabóse una recia batalla, que fué obstinada, en la que los rechazó