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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

para que le quitasen la vida cuande, llegado á la ciudad de Leontocefala, ó cabeza de leon, hiciese noche en ella. Mas cuando él dormia la siesta se dice que se le apareció entre sueños la madre de los Dioses, y le dijo: «;0h Temfstocles! prívate de la cabeza de los leones, para que no caigas en poder del leon; yo por esto te pido por sirviente á Moesiptolema.» Puesto en cuidado con este ensueño, hizo plegarias á la Diosa, y dejando el camino real, dirigiéodose por otro, para no tocar en aquel lugar, le cogió la noche y se quedó allí á pasarla. Uno de los carros que conducian su equipaje se cayó en el rio, y los sirvientes de Temístocles se pusieron á enjugar las cortinas que se habian mojado: en esto los de Pisidia, sacando las espadas, llegaron á aquel punto, y no distinguiendo bien con la luna las ropas puestas á secar, creyeron que eran la tienda de Temístocles, y que éste se hallaba dentro descansando.

Llegados cerca, cuando fueron á levantar la corlina, se arrojaron sobre ellos los que estaban en custodia, y les echaron mano. Habiendo evitado así el peligro, admirado de la aparicion de la Diosa, le edificó templo en Magnesia, y ereó Sacerdotisa de Dindimene á su hija inesiptolema.

Habiendo becho viaje á Sardis, y ballándose sin quehaceres, anduvo viendo los ornamentos de los lemplos y el gran número de votos: y en el templo de la Gran Madre vió la doncella de bronce llamada Hidrofora, del grandor de dos codos, que él mismo hizo siendo prefecto de aguas, con las multas que impuso á los que encontró sustrayéndolas y descaminándolas. Trató, pues, bien fuera porque tuviese algun sentimiento de la cautividad de aquel voto, ó bien porque quisiese dar una muestra á los Atenienses de su autoridad y poder cerca del Rey; trató con el Satrapa de Lidia, y le hizo súplica de que aquella doncella se remitiese á Atenas; mas como el bárbaro se incomodase, y áun se dejase decir que iba á escribir al Rey una carta,