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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

los Acilios, que tenía tres senadores, y la de los Vitelios, que tenía dos. Todos estos por la nadre eran sobrinos del cônsul Colatino; y los Vilelios tenian otro particular parentesco con Bruto, porque éste estaba casado con hermana de los Vitelios, de la que tenfa muchos bijos. A dos de éstos, los más adelantados en edad, con quieones además del parentesco tenian tambien amistad, los sedujeron los Vitelios, y los movieron á tomar parle en la traicion, y á que se enlazaraa coa el liaaje ilustre de tos Tarquinos, y se elevaran á régias esperanzas, separáodose de la locura y dureza de su padre: llamando dureza á su inflexibilidad para con los malvados, y apellidándole de loco, porque largo tiempo, á lo que parece, se habia valido de aquella iecion para su seguridad con los tiranos.

Luégo que bubieron ganado á estos jóvenes, y que bablaron sobre ello con los Acilios, resolvieron hacer un abominable juramento, que fué matando un hombre libar con su sangro y poner la mano sBobre sus entrañas. Dirigiéronse despues á la casa de los mismos Acilios, la cual, como entónces lo habian menester para lo que meditaban ejecutar, estaba en paraje solilario y reservado. No echaron de ver á un esclavo llamado Vindicio, que se escondió dentro de ella, no con designio de observarlos ó porque bubiese rastreado algo de lo que se tramaba, sino que hizola casualidad que se ballase allf, y advirtiende que iban con apresuracion, temeroso de que le viesen, se echó en el suelo, poniendo delante de si un cajon que alli estaba;.

de manera que pudo ver todo lo que se hacía, y oir lo que se trató. Determinaron, pues, dar muerte á los cóasules; y escribiendo una carta para Tarquino, en que se to participaban, la entregaron á los mensajeros, los cuales habitaban alli mismo, siendo huéspedes de los Acilios, y se habian hallado presentes al acto de la conjuracion. Luégo que becho esto se retiraron, saliendo Vindicio, no creyó que debia contentarse con saber él solo lo que ocurria; pero