Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo I (1879).pdf/182

Esta página no ha sido corregida
166
PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

han hecho nada indecoroso, y han continuado disfrutando con juicio de la vida: porque es la debilidad y no el amor el que causa esos extremados pesares en hombres que no están preparados por la razon contra la fortuna, los cuales no gozan de lo presenle que desearon, porque los agita lo futuro con pesares, con recelos y con sustos, por si serán privados de ello. Conviene por Lanto no quedarse bien hallado en la pobreza por el recelo de verse privado de la hacienda, ni en la falta de amigos por la pérdida de ellos, ni en la vida célibe por la muerte de los hijos, sino haberse con juicio en todo; pero quizá esto es ya más que sobrado para este lugar.

Faligados los habitantes de la ciudad de la larga y molesta guerra que por Salamina babian sostenido con los de Negara, habian establecido por ley que nadie hiciese propuesta ó perorase porque se recobrara Salamina, pena de muerte al que contraviniese. Llevaba mal Solon esta ignominia; y viendo que muchos de los jóvenes no deseaban más sino que se buscase cómo comenzar la guerra, no atreviéndose á tomar la iniciativa por causa de la ley, fingió estar fuera de juicio, é hizo que de su casa se esparciera esta misma voz de que estaba perturbado. Trabajó en tanto, sin darlo á entender, un poema elegíaco, el que aprendió hasta tomarlo de memoria; y hecho esto, repentinamente se dirigió á la plaza con un gorro en la cabeza.

Concurrió gran gentio, y entónces poniéndose sobre ta piedra destinada al muñidor, recitó cantando su elegía, que empezaba ast: De Salamina vengo la envidiable, Y este lugar en vuestra junta ocupo Para cantaros delcitables versos.

Intitúlase este poema Salamina, y es de cien versos, trabajado eon mucha gracia: cantóle, pues, y aplaudiendo sus