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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

contra Licurgo, porque no propuso á sus ciudadanos que se dejasen de cotas y espadas, sino que se despojasen del oro y de la plata, y arrojasen léjos de si los paños ricos y las mesas; ni que dando de mano á la guerra anduvieran en fiestas y sacrificios, sino por el contrario que dejando las cenas y banquetes, trabajaran y se afanasen en el manejo de las armas y en los ejercicios de la palestra. Asi, el uno vino al cabo de todo con sola la persuasion, siendo muy amado y respetado; cuando et otro apénas corriendo riesgos, y siendo maltratado, pudo salir con su intento. Fué st muy dulce y humana la musa de Numa, que de costombres indómitas y fogosas trasformó y redujo á cultura á sus ciudadanos: por tanto, si se nos precisase á tener por institucion de Licurgo lo que se bacía con los lotes, cosa eruelisima y la más injusta, habríamos de decir que Numa habia sido un legislador mucho más benigno, el cual áun á los reconocidos por esclavos les hizo gustar los honores de la libertad, acostumbrándolos á comer confundidos con sus amos en los saturnales; porque se dice haber sido tambien esta una de las leyes patrias de Numa, que quiso llamar una vez en el año á la participacion de los fratos á los que eran colaboradores en el cultivo: aunque otros, siguiendo las fábulas, dicen haber sido éste un recuerdo que se salvó de aquela igualdad de la edad de Saturno, cuando nadie era esclavo ni señor, sino que todos se miraban como parientes é iguales entre si.

De ambos se diria que se propusieron atraer á la muchedumbre á la moderacion y templanza; pero en cuanto á las demas virtudes, que la fortaleza fué más del gusto de Licurgo, la justicia del de Numa; á no que se diga mejor que segun la naturaleza y costumbres de cada gobierno, que no eran semejantes, neeesitaron valerse de distintos medios; los tímidos, sino para que no fuesen violentos é injustos, y Licurgo los hizo guerreros para que ofendiesen á nadie, porque ni Numa reprimió lo belicoso para hacer-