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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

mano la cabeza, bacía plegarias; y dirigiendo la vista á to das partes, examinaba qué era lo que pronunciaban los Dioses por medio de los agūeros ó los prodigios8. Apoderóse entónces de loda la plaza y su inmenso gentlo un increible silencio, estando todos en grande expectacion, y como pendientes de lo que iba á suceder, hasta que las aves dieron faustos agueros, y volaron derechas. Vistién - dose de este modo Numa la real púrpura, bajó de aquella eminencia adonde se hallaba el pueblo, siendo muchas las aclamaciones, y đándose todos las manos porque les habia cabido el más amado de los Dioses. Apénas se encargó del mando, lo primero que hizo fué disolver el cuerpo de los trescientos lanceros que Rómulo babia tenido siempre cerca de su persona, y á los que Ramó celeres, que quiere decir prontos; porque ni queria desconfiar de los que confiaban, ni reinar sobré desconfiados. En segundo lugar, á los sacerdotes de Júpiter y de Marte añadió otro tercero de Rómulo, al que liamó Flamen Quirinal. Aun entre los más antiguos se les dió este nombre de Flamines, por el gorro, segun se dice, que les circundaba la cabeza, como si dijéramos pilámines, porque era más frecuente que ahora mezclar voces griegas con las latinas: ast, de las sobrevestes que llevaban los reyes, y se llamaban lenas, dice Juba que eran Clainas; y que el niño patrimo y matrimo que sirve de ministro al sacerdote de Júpiter se llamaba Camilo, al modo que algunos Griegos han dado á Mercurio este eptteto por causa de su ministerio.

Dispuestas ast estas cosas por Numa en gracia y obsequio del pueblo, iomediatamente toma por su cuenta, manejando la ciudad á la manera que el hierro, volverla de dura y guerrera más suave y más justa; porque esta era verdaderamente la ciudad que Platon llama inflamada, habiendo concurrido á ella en el principio de todas partes, por una osadía y un arrojo excesivo, los hombres más resueltos y belicosos; y habiendo servido como de pábuio