Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo I (1879).pdf/119

Esta página no ha sido corregida
103
LICURGO.

de los oyentes: porque el mismo Licurgo parece que era tambien hombre de pocas palebras y muy sentencioso, si hemos de juzgar por las memorias que nos quedan: como, por ejemplo, en cuanto á gobierno, cuando á uno que đeseaba se estableciese la democracia le respondió: «establece lú primero democracia en tu casa;» y en cuanto à sacrificios, que respondió al que le preguntaba, por qué los babia ordenado tan ligeros y de poco precio, «para que no pos quedemos algun dia sin poder ser piadosos;» y en cuanto á los combates, que dijo no habia probibido á sus ciudadanos otras contiendas que aquellas en que no se extiende là mano. Corren tambien respuestas suyas de esta especie por cartas, como á los ciudadanos: ¿de qué manera nos libraremos de incursiones de los enemigos? «si sois pobres, y no podeis más uno que otro;» y acerca de las murallas, que «no está sin muros la ciudad que se ve coronada de bombres, y no de ladrillos.» Mas en cuanto á la autenticidad de estas cartas, tan dificil es dar como negar .el asenso.

De to mal que estaban con los largos razonamientos pueden servir de muestra estos apotegmas: el rey Leonidas á uno que intempestivamente razonó sobre negocios importantes; «huésped, le dijo, hablas de lo que conviene como no conviene.» Carilao el sobrino de Licurgo, preguntado acerca de lo pocas que eran las leyes de éste, respondió que «los que gastan pocas palabras no han menester muchas leyes.» Arquidamidas, como algunos censurasen al sofista Ecateo, porque convidado at banquete nąda babia bablado en él: «el que sabe hablar, les dijo, sabe tambien el cuándo.» Sus dichos acres, que indiqué tenian tambien algun chiste, son por este término: Demarato, como un hombre notado por su conducta usase de chanzas con él, baciêndole impertinentes preguntas, y entre ellas le repitiese esta muchas veces: «zquién es el mejor de los Espareiatas.»-«El que ménos se parczea á ti,» le respondió.