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Plutarco.—Las vidas paralelas.

este negocio, siendo, segun dicen los más, los que le aaban calor el orador Diófanes y el filósofo Blosio. Era Diófanes un desterrado de Mitilene; y Blosio de allí mismo, natural de Cumas en Italia; al cual, habiendo sido en Roma diseiputo de Antipatro Tarsense, dedicó éste sus tratados de filosofia. Algunos dan tambien algo de culpa á su madre Cornelia, que les echaba en cara muchas veces el que los Romanos le decian siempre la suegra de Escipion, y nunca la madre de los Gracos. Mas otros dicen haber sido la causa un Espurio Postumio de la misma edad de Tiberio, y que competia con él en las defensas de las causas:

porque como al volver del ejército lo encontrase muy adekantado en gloria y gozando de grande fama, quiso, á lo que parece, sobreponérsele, haciédose autor de una providencia arriesgada, y que ponía á todos en gran expectacion; pero su hermano Cayo dijo en un escrito que al hacer Tiberio su viaje á España por la Toscana, viendo la despoblacion del país, y que los labradores y pastores eran esclavos advenedizos y bárbaros, entonces concibió ya la primera idea de una providencia que fué para ellos el manantial de infinitos males. Tuvo tambien gran parte el pueblo mismo, acalorando y dando impulso á su ambicion con excitarle por medio de carteles, que apareciau fijados en los pórticos, en las murallas y en los sepulcros, á que restituyera á los pobres las tierras del público.

Mas no dictó por sí solo la ley, sino que tomó consejo de los ciudadanos más distinguidos en autoridad y en virtud: entre ellos de Craso el Pontifice máximo; de Mucio Escévola el Jurisconsulto, que era cónsul en aquel año; y de Apio Claudio su suegro. Parece además que no pudo haberse escrito una ley más benigna y humana contra semejante iniquidad y codicia: pues cuando parecia justo que los culpados pagaran la pena de la desobediencia, y sobre ella sufrieran la de perder las tierras que disfrutaban contra las leyes, sólo disponia que percibiendo el precio de lo