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FILOPEMEN.

Griegos. Mas despues que Filopemen llegó á tener el primer lugar, considerándose con bastante poder para hacer frente áun á los más poderosos, se dispensaron de la necesidad de tener tutores extranjeros. Porque Arato, tenido por poco aficionado á las contiendas bélicas, los más de los negocios procuraba transigirlos con las conferencias, con la blandura y con sus relaciones con los reyes, segun que en su vida lo dejamos escrito; pero Filopemen, que era belicoso, fuerte en las armas, y feliz y virtuoso desde el principio en cuantas batallas se le ofrecieron, juntamente con el poder aumenté la representacion de los Aqueos, acostumbrados á vencer con él y. á tener la más dichosa suerte en los combales.

Lo primero que hizo fué hacer novedad en la formacion y armamento de los Aqueos, que no eran como le parecia convenir; porque usaban de unas rodelas fáciles de manejar por su delgadez, pero demasiado angostas para resguardar el cuerpo, y de unas azconas mucho más cortas que las lanzas; por lo que, si bien de lójos eran ágiles y diestros en herir por la misma ligereza de las armas, en el encuentro con los enemigos eran á éstos inferiores. No estaba entre ellos recibida la formacion y disposicion de las tropas en espiral, sino que formando una batalla que no tenía defensa ni proteccion con los escudos, como la de los Macedonios, fácilmente se desordenaban y dispersaban. Para poner, pues, órden en estas cosas, les persuadió que en lugar de la rodela y la azcona tomaran el escudo y la lanza, y que defendidos con yelmos, con corazas y con canilleras se ejercitaran en un modo de pelear seguro y firme, dejando el de algarada y correría. Habiendo convencido para que así se armasen á los que eran de edad proporcionada, primero los alentó é hizo confiar, pareciéndoles que se habian hecho invencibles; y despues sacó de su lujo y ostenlacion un ventajoso partido; ya que no era posible extirpar enteramente la necia vanidad en hombres viciados de anTOMO II 23