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COMPARACION DE ARÍSTIDES Y CATON.

Y CATON.

341 tiempo roba á los negocios públicos; porque el que absolutamente de nada necesita es solo Dios; y en la virtud humana el que más estrecha sus necesidades, aquel es el más perfecto y el que más se acerca á la divinidad. Pues así como el cuerpo que está bien complexionado no necesita ni de excesiva ropa ni de excesivo alimento, de la misma manera una vida y una casa bien arregladas, con las cosas comunes se dan por contentas; y en estas lo regular es que el gasto y la hacienda guarden proporcion.

Porque el que allega mucho y gasta poco, ya no es desprendido; pues ó se afana por recoger lo que no apetece, y en este caso es necio; ó por recoger lo que apetece, y de lo que no se atreve á hacer uso por avaricia, y en este caso es infeliz. Por tanto, yo preguntaria al mismo Caton:

si la riqueza es para gozarse, ¿por qué se jacta de que poseyendo mucho se daba por contento con una mediania? y si es laudable y glorioso, como lo es ciertamente, comer el pan que comunmente se vende, beber el mismo vino que los trabajadores y los esclavos, y no necesitar ni de púrpura ni de casas blanqueadas, nada dejaron por hacer de lo que debian, ni Aristides, ni Epaminondas, ni Manio Curio, ni Cayo Fabricio, con no afanarse por la posesion de unas cosas cuyo uso reprobaban. Porque á quien tenía por sabroso alimento los rábanus, y los cocia por sí mismo, mientras la mujer amasaba la harina, no le era nejesario mover disputas sobre un cuarto, ni escribir con qué granjería podria uno hacerse más presto rico: así que es muy laudable el contentarse con lo que se tiene á la mano, y ser desprendido, porque aparta el áninun á un mismo tiempo del deseo y del cuidado de las cosas superfluas; y por esta razon respondió muy bien Arístides en la causa de Calias, que de la pobreza debian avergonzarse los que se veian en ella contra su voluntad; y al reves gloriarse, como él, los que voluntariamente la llevaban; y ciertamente seria cosa ridícula atribuir á desidia la pobreza de