Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II (1879).pdf/266

Esta página no ha sido corregida
268
Plutarco.—Las vidas paralelas.

solo, siguió en el gobierno otro camino particular: lo primero, porque ni queria tener condescendencias injustas con sus amigos, ni tampoco disgustarlos, no haciéndoles favores; y lo segundo, porque veia que el poder de los amigos alentaba á muchos para ser injustos; y él entendia que el buen ciudadano no debia poner su confianza sino en hacer y decir cosas justas y honestas.

Promovia Temistocles muchas cosas arriesgadas, y en todo lo relativo á gobierno le contradecia y estorbaba; por lo que se vió Arístides precisado á openerse á muchos de los intentos de aquél; unas veces para defenderse, y otras para contener su poder, acrecentado con el favor del pueblo: teniendo por ménos malo privar á la ciudad de alguna cosa beneficiosa, que no el que aquél se envalentonase saliéndose con todo. De modo que en una ocasion, habiendo Temistocles propuesto una cosa conveniente, la resistió, sin embargo, y repugnó, aunque no pudo estorbarla; y al retirarse de la junta pública prorumpió en la expresion, de que no podria salvarse la república de Atenas, si á Temistocles y á él no los arrojaban en una sima.

En otra ocasion propuso al pueblo un proyecto de decreto, y aunque fué muy contradicho y disputado, conoció que iba á prevalecer; y cuando ya se estaba para recoger los votos de órden del Arconte, desengañado por la conferen cia de lo que convenia, retiró su proposicion. Muchas veces hizo sus propuestas por medio de otros, á fin de evitar que su contraposicion con Temistocles sirviese de impedimento para lo que era de bien público. Mas lo que sobre todo pareció maravilloso fué su igualdad en las mudanzas á que expone el mando; no engriéndose con los honores, y manteniéndose siempre tranquilo y sosegado en las adversidades, por estar en la inteligencia de que exigia el bien de la patria que en servirla se mostrase desinteresado, no solo con respecto á la riqueza, sino con respecto tambien á la gloria. De aquí provino sin duda que represen-