Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II (1879).pdf/250

Esta página no ha sido corregida
252
Plutarco.—Las vidas paralelas.

nombró dictador á Quinto Fulvio: con todo, el Senado escribió á Marcelo para que lo designase él mismo; y mostrándose obediente, lo ejecutó así, suscribiendo á los deseos del pueblo; y él fué otra vez designado para continuar en el mando con la dignidad de procónsul. Convino con Fabio Máximo en que éste se dirigiria contra Tarento, y que él, viniendo á las manos y distrayendo á Aufbal, le estorbaria que pudiera ir en socorro de los Tarentinos; en consecuencia de lo cual le acometió cerca de Canusio, y aunque éste mudaba de posiciones y andaba retirándose, se lo aparecia por todas partes. Finalmente, estando para fijar los reales, lo provocó con escaramuzas; y cuando iban á trabar la batalla, sobrevino la noche y los separó. Mas al dia siguiente se halló ya Aníbal con que tenía su ejército sobre las armas; de manera que llegó á incomodarse, y reuniendo á los Cartagineses, les rogó que en reñir aqueIla batalla excedieran á cuanto habian hecho en las anteriores: «Porque ya veis, les dijo, que no nos es dado reposar despues de tantas victorias, ni tener bolganza siendo los vencedores, si no espantamos á este hombre;» y con esto se comenzó la batalla. Parece que en ella, queriendo Marcelo usar de una estratagema que se vió ser intempestiva, cometió un yerro; porque, padeciendo el ala derecha, dió órden para que avanzara una de las legiones; y como este movimiento hubiese inducido turbacion en los que peleaban, puso con esto la victoria en manos de los enemigos; habiendo muerto de los Romanos dos mil y setecientos hombres. Retiróse Marcelo á su campamento, y reuniendo el ejórcito, les dijo que lo que era armas y cuerpos de Romanos, veia muchos; pero Romano no veia ninguno. Pidiéronle perdon, y les respondió que no podia darlo a los vencidos, y sólo lo concederia si venciesen, pues al dia siguiente habian de volver á la batalla, para que sus ciudadanos oyesen ántes su victoria que su fuga; y dicho esto, mandó que á las escuadras vencidas se les