Página:Las veladas del tropero (1919).pdf/239

Esta página no ha sido corregida
— 235 —

Aficionado á las carreras, había querido probar en la cancha alguno de los obscuros, pero nadie se había atrevido á hacerle carrera. Pensó entonces en probar corriendo con cualquier mancarrón el rebenque de cabo de hierro; y hasta con los caballos más inútiles ganaba, robando, cualquier carrera que le aceptasen, aunque fuera de tiro largo. Es que cuando con la lonja castigaba un caballo, parecía infundirle fuerza juvenil y sangre nueva, y todos, sin comprender cómo podía ser, quedaban boquiabiertos... y pagaban.

Años después de haber recibido de Mandinga la maravillosa prenda, Agapito se había vuelto padre de numerosa familia, y sus hijos habían salido tan buenos muchachos y tan bien criados, que no faltaban malas lenguas para asegurar que sin el rebenque nunca hubieran logrado tan buenos resultados; pero muy bien saben todos los que lo han conocido que era pura mentira, y que nunca había tenido, para educar bien á sus hijos, que apelar á semejante ayuda.