dos e desi, por los otros cabdiellos que les el diere, o que ellos ovieren entre si segunt los fechos les acaescieren. Onde dezimos que qualquier que este cabdiello non guardase o contra él feziese , deve aver tal pena qual mostramos en este titulo segunt el cabdiello fuere, o el derraniador, o el peligro del lugar o fuere fecho.
Muchas son las maneras del derraniar, ca los unos derranian pasando ante villa o castiello de los enemigos, e los otros derranian quando tienen villa o castiello cercado, e los otros derranian seyendo ya las azes paradas, o viendo los enemigos en otro lugar ô pueden a ellos yr. E esto puede acaescer seyendo y el rey, o otro señor cabdiello. Pero nos queremos primero fablar qual pena deven aver los que derraniaren seyendo y el rey. Onde dezimos, que quando el rey pasare ante villa, o castiello, o fortaleza de los enemigos, que ninguno non deve derraniar nin por asallidores que les vengan asallir, nin aunque los fieran. E por ende dezimos, que el que en tal lugar derraniare,[1]que faze aleve conoscida. E si fuere rico ome, pierda amor del rey, e quanto troxiere en aquella hueste, e sea echado del regno. E esto dezimos porque podrien tantos yr con el que farie la hueste[2] derraniar, e podrie seer que se perderie y tal ome, por que el rey receberie grant daño, e que se enbargarie todo su fecho. Otrosi todos los que con él derraniaren, si sus vasallos fueren, pierdan todo quanto troxieren en aquella hueste. E si otros cavalleros derraniaren, sean presos desondradamiente, e pierdan lo que ally troxieren. Mas si por aventura acaesciere, que por la muebda de aquel derraniamiento se moviese toda la hueste, e el rey oviese y a yr, e fuese y muerto o ferido aquel o aquellos por que el derranamiento se comenzó, dezimos que son traydores e deven morir por ello. E si alguno derraniase en hueste ô non fuese el rey, si el cabdiello era su señor de aquel que fizo el derraniamiento, sea preso desonradamiente, e pierda quanto que ally troxiere. Pero si por el su derraniamiento oviese y a yr su señor, e fuese y preso, ó muerto o ferido, mandamos que pierda quanto que oviere e sea echado de tierra por alevoso. E si el cabdiello non fuese su señor, quanta
