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LIBRO II.

ner que por achaque ninguno que ponga, non lo puede dexar fasta que aquel tienpo sea conplido de que recebio pago por la tenencia e que lo tenga por aquella que recebio.

LEY IV.
Como deven seer defendidos los castiellos e las villas e las fortalezas.

Cierta cosa es que la lealtad faze a los omes firmes e el esfuerzo cometedores. E estas dos cosas ovieron sienpre los despana entre todas las gientes del mundo, e sinaladamiente en guardar á sus reyes e a sus señores que non fuesen[1] desterados, de guisa que non cataron ningun peligro nin ningun daño que les podiese venir para fazer lealtad en defender las sus villas e sus castiellos e sus fortalezas. Onde nos loando lo que ellos fezieron otorgamos lo por fuero e damos lo por ley. E dezimos en esta tercera manera que fabla del defendemiento de las fortalezas, que si villa o castiello o fortaleza fuere cercado que se deve defender en todas guisas, la una por los que fueren dentro, e la otra por los que la venieren á socorrer de fuera. Queremos primero fablar de los que fueren dentro. E dezimos que todo aquel que toviere villa o castiello o fortaleza del rey, si acaesciere que gela cerquen o gelo conbatan, que lo anpare fasta la muerte. E por seer ferido de muerte o preso non lo deve dar nin mandar dar por eso nin por ninguna pena quel diesen. E si acaesciere quel prendan la mugier e los fijos por veerlos matar, non lo deve dar nin mandar quel den nin por ninguna cosa de mal quel fagan nin quel manden fazer. Otrosi si aquel que tiene la villa o el castiello o la fortaleza del rey dexare otro en su logar, por veerle preso este que el castiello tiene al que gelo dexo nin por veerle ferir nin matar, non lo deve dar por eso nin aun porque el gelo mandase dar por premia nin por mal quel[2] feziese. E qualquier destos sobrdichos quel toviese e nol defendiese asi como dicho avemos, es traydor si el castiello se perdiese, como quien pierde castiello del rey por su culpa, e deve aver tal pena si nol diere como es dicha en la ley que fabla de la guarda de los castiellos. E aun dezimos que como quier que los que son en las villas e en los castiellos e en las fortalezas deven obedecer mandamiento de su alcayde en todo tienpo en las cosas que[3] le mandaren, mayormiente lo deven fazer quando fueren cercados ó conbatidos. E ninguno non deve abrir las puer-

  1. f. desterrados
  2. f. feziesen.
  3. f. les mandare.